Música

4/6/11

Corazón de Niño

Recién tocó la puerta de mi casa una corriente de viento, corrí para ver cuál era la inesperada prisa, me di cuenta que hace una inmensa tarde en tonos de almendra, y recordé: no hace muchas tardes yo corría por estas veredas rodeadas de guayabas y veraneras, de izotes y de flores de china, soñaba, cantaba, reía, jugaba, no lastimaba a nadie, todo era un cuento de dragones y héroes. Enarbolábamos banderas de sonrisas, los abrazos eran nuestros escudos, en el cielo había un cine inmenso que cuando caía la noche; encendía sus luces y nos dormía en un sueño tan profundo que parecía que voláramos en esa gigantesca pantalla rodeados de estrellas, destellos en tono azul celeste,   verdes celajes cargados de  fruta fresca y de cantos y en ellas saltaban nuestros anhelos de nunca dejar de soñar

Qué distante se ven aquellos tiempos en que la batalla más acostumbrada era el del bosque contra la ciudad, cuando nos batíamos a duelo con el viento a nuestro favor dentro de los cafetales, llenos de roció y de tardes de octubre, de mañanas de domingo, y de noches de diciembre.

 Hoy estoy viviendo en este pedazo de melancolía de volver a ser aquel niño que saltaba los muros para al final del día enamorarme del cielo y del canto de las aves, de cantar bajo la lluvia, de reír sin simular mueca de orgullo.

Hoy estoy queriendo cambiar mi corazón por uno más grande, un corazón de niño, que tenga amor, carnosa esperanza en flor. Estoy queriendo retomar mi bandera, mi escudo y salir a la calle a dibujar esperanza de colores en los muros, encender de nuevo la pantalla gigante del cielo y emprender de nuevo aquel viaje del corazón de niño.

Miercoles 20 de abril 2011
Memorias de Mis Tardes con Dragones

1 comentario:

  1. ¡Grande este texto! ¡Yo me acuerdo de un montón de cosas también! ¡Aplausos!

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