El tiempo justiciero ha tomado por vivir rápida su vida, dejando iracundos deseos reprimidos de matar los minutos a tu lado.
Hoy que has decidido comprar ilusiones de la boca de este vagabundo; el tiempo me ha dicho que debo seguir mi camino bajo las eternas auroras celestes de la soledad.
Los vientos soplan como queriéndose llevar con prisa las horas, las horas me llevan entre sus minutos, mis pasos dejan de ser tuyos y desde este segundo son de las hojas caídas de mi calendario...
se hizo tarde; algún día volveré, de paso, como siempre vendiendo ilusiones al tiempo.
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