Querida Tormenta

Esta noche llegaste como tempestuosa lluvia que inunda y enmudece mis sentidos, llegaste como fría niebla que me envuelve, luego se esfuma llevándose mi dolor, dejando mi vida llena de tu roció infinito de ilusión y sonrisa.

Hoy corro el peligro de que los pronósticos se vuelvan ciertos y te conviertas en un fuerte huracán que llegue y deje estragos en mi mente y mi alma. Las fuertes ráfagas de suspiros alertan sobre la cercanía del peligro para mi estabilidad.

Pronostican fuertes e incesantes lluvias en toda mi existencia, el peligro crecerá a medida que el ciclón avance y sus bellos y profundos ojos penetren en mí mirar y auras solares aparezcan en el firmamento tal cual embrujo bajando desde el cielo para iluminar la oscuridad de mi caminar.

Querida tormenta; se que al llegar a tierra firme comenzaras a desvanecerte como encanto de amanecer en el correr del tiempo. Aun conservo la esperanza de que pases nuevamente por este puerto, después de todo, la temporada de huracanes apenas comienza…