Y una mañana le nacieron flores en las heridas, y se descubrió libre de batallas sin sentido.
Hay un mar de besos esperando su naufragio y un sentimiento que se envuelve en un abrazo.
Fecunda y tierna la sonrisa ya no es fingida. Está dispuesta a ser la rosa de mis espinas.
Musa que embriaga de colores mis espejos, y disuelve la soledad de las noches.
Está dispuesta a caminar por mis cenizas, yo le regalo una sonrisa echa caricia, probando el beso de sus espinas en mis heridas.
Escribiendo un poema cada noche en la ventana, suelta suspiros al viento, recordando el viejo puerto en el que quedo varado su amor.
Hay un mar de besos esperando su naufragio y un sentimiento que se envuelve en un abrazo.
Fecunda y tierna la sonrisa ya no es fingida. Está dispuesta a ser la rosa de mis espinas.
Musa que embriaga de colores mis espejos, y disuelve la soledad de las noches.
Está dispuesta a caminar por mis cenizas, yo le regalo una sonrisa echa caricia, probando el beso de sus espinas en mis heridas.
Escribiendo un poema cada noche en la ventana, suelta suspiros al viento, recordando el viejo puerto en el que quedo varado su amor.
La veo dispuesta cada día a regresar y anclar su barco en este muelle de cristal, más sé que un día volverá a navegar, dispuesta a tirar todo por la borda y en otro mar así poder naufragar